En cada poro de este trabajo, del rockero más glam que campea por nuestros escenarios, se respira una sinceridad alejada de cualquier atisbo de pose – no queda rastro ya de aquél componente tan habitual en las canciones que firmaba en sus años capitaneando a Babylon Chat– que por momentos se torna en descarada visceralidad y con la que es muy sencillo sentirse identificado.

(El giradiscos)